¡Este niño se quedó ciego por culpa de un juguete que mucha gente tiene en casa!

Como pediatra y padre de un niño pequeño, no sólo tengo la responsabilidad de velar por la salud de los niños en mi consulta, sino también de proteger a mi propio hijo de los peligros cotidianos. Una preocupación creciente es el uso de láseres en los juguetes.

Recuerdo una época en la que los láseres eran la sensación entre los niños. Venían en estuches con varias lentes, cada una proyectaba una forma distinta, y algunas eran parecidas a bolígrafos o gomas de borrar. Hoy en día, esta tendencia parece estar resurgiendo en algunos ámbitos.

Desgraciadamente, la cadena australiana ABC me ha informado de un caso angustioso. Un joven apuntó inocentemente uno de estos láseres directamente a sus ojos y sufrió la pérdida irreversible de 75% de su visión. El Dr. Ben Armitage, su médico, detalló cómo sólo unos segundos con el láser apuntándole a los ojos le causaron daños permanentes.

Aunque muchos creen que los láseres son inofensivos, pueden ser muy perjudiciales, sobre todo para los ojos. En el pasado, los láseres más comunes tenían una potencia de salida de 5 mW, lo que se consideraba seguro. Sin embargo, los últimos modelos, sobre todo los que tienen forma de bolígrafo, pueden tener una potencia de hasta 150 mW. Hay láseres aún más potentes para uso profesional, como los militares, pero hay pocos informes de accidentes con ellos. El gran problema es el fácil acceso, a través de Internet, a láseres de hasta 700 mW. La mayoría de la gente no sabe distinguir entre un láser seguro y otro peligroso.

Para aclararlo: los láseres y las bombillas se miden en vatios. Sin embargo, mientras que la luz de una bombilla es dispersa, la de un láser es extremadamente focalizada. Esto significa que el impacto de un láser en el ojo puede ser hasta 10.000 veces más intenso. Cuando incide en el ojo, la luz se concentra en la fóvea, el centro de la retina, donde puede causar daños rápidos y devastadores.

Nuestros niños y adolescentes son a menudo las víctimas. Y es nuestra responsabilidad, como adultos y cuidadores, educarles sobre los peligros de estos láseres. Debemos ser conscientes y advertir a nuestros jóvenes sobre estos "juguetes", fácilmente accesibles hoy en día.

Le insto: hable con sus hijos y adviértales de los riesgos.

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